Dedicatoria «Por Siempre Maldita»

    Esta obra se la dedicó a la mujer que me dio la vida y luego, con tanta paciencia, me enseñó la mejor manera de vivirla. Cuando nadie más estuvo, día tras día te quedaste dando todo de ti para echarnos hacia adelante a Fico y a mí. Los que te conocen saben de la valentía de tu corazón y lo grande que eres. Pero no te basta con ser una guerrera de primera fila. No. Por encima de asegurarte de darme la mejor educación y sustento, fuiste mi primera fanática.

    Sí. Cuando escribía letras sin sentido en aquellas libretas, mirando a las montañas de Adjuntas, te atrevías a decir que tenían valor, que se podían leer y sentir. Sin a lo mejor entender la magnitud de tus palabras, bastó un dedo de tu mano para yo sostenerme y perseguir mis sueños. Por eso, cuando confabulé mi primera obra, no me quedó duda quien merecía llevarse el honor de tanto esfuerzo y años de trabajo.

Para ser sinceros, esto se queda corto en comparación con tu vida de respeto.

Sin más preámbulos, la dedicatoria de «Por Siempre Maldita»:

A ti madre, porque eres el alba que espero cada día con anhelo, porque eres nada más y nada menos que mi todo.